martes, 22 de diciembre de 2015

LA SEGUNDA FUERZA O FUERZA DE RESISTENCIA

LA SEGUNDA FUERZA O FUERZA DE RESISTENCIA

Hemos dicho recientemente que la Voluntad se define en el Trabajo como el hallazgo de una solución y no como la negación de algo.

Cuando se percibe que obra en la vida una Segunda Fuerza, algo que impide lograr algún objeto, que puede ser considerado como Primera Fuerza o Fuerza Activa, ello demanda una solución y no una mera negación; y es aquí donde comienza el acto de Voluntad —en la conciliación de los opuestos.

No es posible librarse de la Segunda Fuerza por medio de la violencia porque esto sólo la hará más fuerte, pero se puede ser un mediador y en cierto modo hacer que la segunda fuerza coopere con la Fuerza Activa por medio de una nueva actitud hacia la situación, como Tercera Fuerza.

Una de las experiencias más maravillosas es darse cuenta de la enorme cantidad de Segunda Fuerza inútil que creamos en nosotros debido a nuestras actitudes y nuestra imaginación, y cuántas infinitas formas de Segunda Fuerza surgen simplemente porque poseemos un número de actitudes que no observamos y que complican todas las cosas en nuestra vida creando una innecesaria y ciega Segunda Fuerza.

Separarse a sí mismo de las propias actitudes, de algunos prejuicios inculcados y finalmente del poder de algunos topes, si es posible, es experimentar un grado de libertad muy difícil de describir.

Se da cuenta uno de que estuvo en poder de algo que nunca había sospechado y advierte que ya no debe enfrentar más las mismas dificultades artificiales.

Tal experiencia hace que sea posible ver más conscientemente nuestra vida en el pasado porque cuando se produce una mutación del Estado psicológico mediante un aumento de conciencia —esto es, de percepción de lo que uno es— se puede ver más distintamente la propia vida en el pasado desde un punto liberado y de un modo más consciente.

No se puede ver la propia vida, que es lo que fue hecho por el propio nivel de ser, desde ese mismo nivel de ser.

Somos incapaces, por ejemplo, de ver cuán extraordinariamente insensatos hemos sido en mil y una ocasiones o cuán innecesariamente complicadas hemos hecho algunas cosas, a menos que nazca en nosotros un nuevo punto de conciencia, desde el cual podamos verlo.

No se lo podrá ver porque no se tiene con qué verlo, esto es, no se tiene un nuevo punto de vista.

Pero si algo ha cambiado en un hombre y hasta ese punto, dicho hombre se ha liberado de alguna actitud hacia sí mismo o hacia los otros o hacia la vida, entonces será capaz de ver como ésta actitud ha obrado en él a través de su vida y entenderá esta frase: "El nivel de ser atrae la vida de un hombre".

Es una experiencia interesante.

Ahora bien, para volver a lo que estábamos diciendo —que el cambio de actitud o liberarse de alguna actitud cambiará la naturaleza de la segunda fuerza en la propia vida— la voluntad plena es definida técnicamente en el Trabajo como el poder de ser consciente simultáneamente en las tres fuerzas.

En una ocasión se dijo: "No somos conscientes ni siquiera de una fuerza, aún menos de dos y nunca de tres".

Esto tiene que ver en parte con el hecho de que por lo general sólo pensamos en una cosa a la vez.

Hallamos muy difícil pensar en función de dos cosas y es imposible pensar en función de tres.

Pero esto no equivale exactamente a la plena voluntad, porque ser consciente de una fuerza no es la misma cosa que pensar en ella, del mismo modo que ser consciente de la verdad de algo no es la misma cosa que estar convencido de ello, o ser consciente del estado de recuerdo de si no es la misma cosa que pensar sobre el recuerdo de si.

Ser consciente de la Primera Fuerza es saber lo que se desea.

Ser consciente de la segunda fuerza es conocer las dificultades que se opondrán a dicho deseo.

Y ser consciente de la Tercera Fuerza es ser consciente al mismo tiempo de lo que se desea y de lo que uno desea y de la eventual solución.

Cada Fuerza modifica a la otra, y por cierto hasta tal punto que en la solución final el resultado nunca se asemeja a lo que se deseaba lograr —esto es, nunca se asemeja a la Fuerza Activa con la cual se lo inicio.

Por otra parte, las dificultades tampoco son las mismas que las que se pudo ver antes de que la necesaria Tercera Fuerza o Fuerza Neutralizante entrase en la esfera consciente de experiencia y concertara las relaciones de la Primera y la Segunda Fuerza DE MODO QUE FUERA POSIBLE ALGUNA MANIFESTACIÓN.

Ahora bien, se que todo esto puede parecer teórico pero no lo es: es muy práctico y se lo puede experimentar hasta cierto punto si se sabe lo que se busca y se tiene la paciencia de hacerlo.

Es preciso, ante todo, ser consciente en lo posible de todo cuanto corresponde a la Primera Fuerza.

Esto es, tomando las fuerzas tal como obran dentro de nosotros, psicológicamente, se ha de ser consciente de lo que se quiere, de lo que se desea, o de lo que se espera.

Al tomar conciencia de esta fuerza en lugar de pensar sobre ella —lo cual se hace a menudo por medio de un proceso de dialogo interior, así como por medio de la observación de sí durante un prolongado período, se llega a percibir que la segunda fuerza es inevitablemente convocada por la calidad particular de la primera fuerza.

Cada fuerza activa convoca a su propia segunda fuerza.

Si se tiene prisa, le parece a uno que toda la gente se mueve muy lentamente: si uno desea moverse lentamente, le parece a uno que toda la gente anda de prisa.

Cuando se vive un tiempo en la conciencia de lo que se quiere, se verá al mismo tiempo más y más la segunda fuerza que dio origen a esta conciencia, de modo que se llegará a ser consciente simultáneamente de las dos fuerzas.

Se verá que no es posible hacer esto o aquello a causa de esto o de aquello, pero se verá el por qué.

Al no identificarse con ninguno de ellos —y en la práctica siempre lo hacemos, lo cual malogra toda la experiencia— se puede tener una vislumbre de la tercera fuerza que entra COMO POR MAGIA y hace que la primera y la segunda fuerza se relacionen entre si, de modo que ya no se sienten como fuerzas opuestas, como un conflicto de opuestos.

Esto es hallar una solución y es de advertir que tiene que ver con la voluntad, puesto que la voluntad tiene tres aspectos en si, o tres fuerzas, y la voluntad consciente es por lo tanto consciente de las tres fuerzas, lo que conduce a un acto de plena voluntad.

Aunque esto al presente está fuera de nuestro alcance, es posible realizarlo en pequeña escala.

No obstante, tenemos una imagen parcial de la "voluntad" y siempre la concebimos como algo que separa, que divide, que prohíbe, como algo duro, intolerante, inflexible y negativo, solo capaz de seguir un curso invariable.

La voluntad desde el punto de vista del Trabajo es por el contrario algo flexible, inteligente y no unilateral sino trilateral.

Desde luego la voluntad deriva de lo real en nosotros y esto no es una cosa que se pueda conocer directamente.

Pero mientras sigamos siendo unilaterales en todos los sentidos nada puede provenir de ese nivel superior desde el cual provienen las influencias del ser que nos dan nuestro verdadero significado y la paz interior.

Al menos, es preciso aprender ante todo a tener un doble pensamiento, a ver las cosas desde diferentes lados y a considerarlas objetivamente; es preciso no solo ver las dificultades de los otros poniéndose en su lugar, lo cual es un acto consciente definido, sino ver las propias dificultades sin identificarse y tan objetivamente como sea posible, porque de éste modo logramos un nuevo sentimiento de nosotros mismos y un nuevo y más flexible sentido de lo que somos.

Ello nos producirá un extraño efecto en virtud del aumento de conciencia o luz y será en realidad el comienzo de la acción del Trabajo sobre nosotros.

Muy a menudo sentimos que es preciso enfrentarse con las cosas.

Muchas veces la gente vive en ese estado toda la vida.

Entonces es necesario iniciar un dialogo interior consigo mismo, tal como: "¿Contra qué debo luchar?", etc., para descubrir cuál es la cosa a la que se debe hacer frente, porque lo que se siente es que la cosa con la cual es preciso enfrentarse es debida a lo que uno mismo desea.

Luego, una persona puede estar llena de deseos vagos e imposibles que crean una inútil segunda fuerza y así producen en ella un sentimiento igualmente vago de resistencia.

Luego comienza a ser más consciente de la primera fuerza, esto despierta la mente y hace que dicha persona sea práctica.

Pero no hay que creer que es fácil.

Al mismo tiempo tampoco conviene vivir siempre en un vago sentido de estar perdido, de desengaño, de rememoración.

Esto carcome la fuerza. ¿Donde estoy yo? ¿Que deseo? ¿Que me pasa?

Estas duras preguntas que se hace uno a sí mismo son cada vez más necesarias en el Trabajo.

Maurice Nicoll







CÓMO TRABAJAN LAS TRES FUERZAS

¿CÓMO TRABAJAN LAS TRES FUERZAS?

P. ¿Podría darnos un ejemplo de cómo trabajan las tres fuerzas?

R. Suponga que quiere estudiar algo.
                          
Tiene algún material, nuevas ideas, etc., pero al mismo tiempo tiene una resistencia a este estudio, porque algunos "yoes" lo quieren y algunos otros "yoes" no lo quieren.

Representan a las fuerzas activa y pasiva.

Suponga que este estudio produce alguna suerte de emoción en usted; esta emoción trabaja como fuerza neutralizadora y entonces usted puede estudiar.

Si no sobreviene la emoción, esos "yoes" que lo quieren y aquellos que no lo quieren, continuarán discutiendo y no ocurrirá nada.

La Ley del tres explica muchas cosas que no pueden explicarse del modo corriente, porque habitualmente pensamos acerca de una fuerza sola.

Muy raras veces tomamos en consideración la segunda fuerza, la resistencia y nunca la tercera fuerza.

Empero, en cualquier cálculo de las acciones es necesario tomar en cuenta las tres fuerzas.

Ouspensky


                                                  

domingo, 20 de diciembre de 2015

UNA MALA FUERZA NEUTRALIZANTE

UNA MALA FUERZA NEUTRALIZANTE

En cierta oportunidad estaba hablando al señor Ouspensky y él me interrumpió para decirme:

"¿Por qué es usted tan trágico?"
                               
Naturalmente me sorprendió que me dijera esto.

Es sabido que las gentes tienen tendencias a hablar de su vida y sus dificultades en tono trágico y que se dejan llevar por ese sentido trágico de la vida.

Le contesté que no creía hablar en tono trágico.

Me dijo: Si, pero aún no lo percibe.

Pero este tono trágico de la voz es señal de una mala fuerza neutralizante.

Hay que aprender a no ser trágico.

Esto ocurrió hace mucho tiempo, cuando las primeras reuniones se celebraban en Harley Street.

Recuerdo el lugar, las gentes, hasta las expresiones y las posturas, pero no saque nada en limpio de lo que me dijo salvo el resentimiento.

Es decir, no tenía conciencia alguna de haber hablado en tono trágico.

Lo único que experimentaba era una sensación de herida moral y sorpresa.

Por cierto, rememorando, veo que en realidad hablaba en un tono de tragedia.

La tragedia, el hablar trágicamente, es un lujo que causa mucho placer y son muchos los que lo gozan.

Todo puede ser tomado de un modo trágico, dramático, negativo —esto es, se imagina uno desempeñando el papel de un hombre o de una mujer que sufre trágicamente—.

Sin embargo, tarde o temprano se debe llegar a tener conciencia de todo eso.

Entonces se lo supera.

Porque tener plena conciencia de una cosa es vencerla.

Es sólo la semi-conciencia o no-conciencia las que tienen poder —lo no-visto-aún-plenamente, lo no-reconocido-aún realmente—.


Muchas veces pensé en lo que el señor Ouspensky dijo sobre ese particular: "Ser trágico es un signo de una mala fuerza neutralizante".

En aquella época comprendía poco ese término "fuerza neutralizante" y como dije, me negué a admitir que hablaba trágicamente.

De hecho, nunca habría admitido en aquella época mi auto-compasión o vanidad.

Dicho estado de sueño se da muy a menudo.

Esta noche hablaré de las triadas y por lo tanto de la fuerza neutralizante.

Empezaremos con la idea general de las triadas tal como lo enseña el Trabajo.

El Trabajo enseña que cada manifestación es el resultado de tres fuerzas, activa, pasiva y neutralizante.

Para que una manifestación tenga lugar son necesarias tres fuerzas.

Ninguna manifestación puede tener lugar sin la cooperación de tres fuerzas.

Todo lo que se manifiesta es debido a tres fuerzas.

Vemos una manifestación y creemos que es una cosa.

Pero no se debe a una cosa sino a tres cosas —esto es, tres fuerzas, que se encuentran en un punto, lo cual produce la manifestación—.

Por lo tanto, toda manifestación es una cosa compleja —no una cosa única, sino tres cosas que están en cierto equilibrio.

Ahora bien, para comprender tan simplemente como sea posible cómo cada manifestación es el resultado de tres fuerzas y no de una sola fuerza, empecemos con la idea que SE NECESITA ALGO y llamemos a esa necesidad fuerza activa.

Ahora bien, necesitar simplemente algo no nos conduce a obtenerlo.

Este hecho desalienta a mucha gente.

Dicen "si no fuera por...", y otras cosas semejantes, y se vuelven negativas.

El mundo esta lleno de esta clase de personas que desean simplemente algo y al no obtenerlo, se desalientan y se vuelven trágicos.

Ahora bien, si desea algo, es preciso tener en cuenta la existencia de la segunda fuerza, o fuerza pasiva, que es la fuerza de resistencia contra lo que, quizá muy simple e inocentemente, desea y espera conseguir.

Esta segunda fuerza se enfrenta con todo lo que desea en cada oportunidad, en cada punto.

Por eso el Trabajo enseña que si se desea algo —si se tiene un propósito, digamos— es preciso tener en cuenta la segunda fuerza que al punto se opondrá a lo que se desea, a lo que uno se propone.

Una persona se forja, digamos, una imagen fantasiosa, la idea de que es una maravillosa mujer, adorada por todos los hombres, o un hombre maravilloso, que todas las mujeres adoran.

Si, en la imaginación esto es fácil.

Las gentes se dejan llevar por esas fantasías a todo lo largo del día.

Empero, para que la imaginación llegue a ser igual a la realidad exige tiempo y esfuerzo.

¿Por qué?

Porque en la imaginación no hay segunda fuerza, o si la hay es muy escasa, digamos, porque aquí interviene otra cosa que es muy interesante. Diré simplemente aquí que ninguna fantasía es completamente satisfactoria y que la segunda fuerza suele aparecer de diversas maneras.

Ahora bien, en la realidad, si desea algo, tendrá que enfrentarse inevitablemente con la fuerza que se opone a lo que desea —esto es, la segunda fuerza o fuerza de resistencia a lo que desea — y luchar contra ellos.

Supongamos que desea convertir a todos a su idea de vida y obligarlos a pensar de la misma manera que usted.

Tómela como la primera fuerza o fuerza activa.

Progresa en la vida y se encuentra con la indiferencia o el escarnio o la crítica o el desprecio.

Se deja dominar por el desengaño o se vuelve trágico y lleno de auto-compasión.

¿Por qué?

Porque no ha calculado los efectos de la segunda fuerza.

¿Qué papel desempeña aquí la segunda fuerza?

No cuesta nada verlo.

Las gentes no se interesan, no lo creen, están satisfechas con lo que tienen, por eso los otros son la segunda fuerza.

Así usted fracasa y se vuelve trágico, incomprendido, y así sucesivamente.

Si, pero ¿Por qué?

Porque desea algo y no ve que la segunda fuerza aparecerá inevitablemente y se opondrá inevitablemente a lo que desea.

La gente suele llamarla el diablo.

Pero es la Trinidad —las tres fuerzas que están obrando — activa, pasiva y neutralizante.

Ahora bien, la relación entre la primera y la segunda fuerza es establecida por la naturaleza y la calidad de la tercera fuerza.

LA TERCERA FUERZA pone en conexión a la primera y segunda fuerzas y por eso es llamada a veces fuerza relacionante.

Comprenderán ahora por qué Ouspensky me dijo "hablar trágicamente era la señal de una mala fuerza neutralizante".

¿Qué hace una mala fuerza neutralizante?

UNA MALA FUERZA NEUTRALIZANTE establece una mala relación con la segunda fuerza —con todo aquello que se opone a lo que deseo.

Entonces seré vencido por todas las cosas.

Cuando la fuerza activa —y aquí la llamamos lo que se desea— posee una fuerza neutralizante mala o equivocada respecto de la fuerza de oposición —esto es, la segunda fuerza— entonces la segunda fuerza se convierte en fuerza activa.

Toda la triada queda invertida.

Las dos fuerzas, activa y pasiva, invierten sus papeles.

En lugar de USAR la segunda fuerza como fuerza relacionante correcta o inteligente, para llevar a cabo prácticamente el fin o propósito contenido en la fuerza activa, la triada se invierte y la fuerza oponente triunfa — esto es, se convierte en fuerza activa—.

Ahora bien, esto puede suceder a una persona en cualquier momento porque lo que ésta desea es imposible salvo en la imaginación.

En el Trabajo nos aconsejan no tener demasiadas exigencias.

Si se tienen demasiadas exigencias se estará entonces, siempre en pugna con la vida —esto es, en contra de ese aspecto de la vida que es la segunda fuerza o fuerza oponente—.

Nunca aprenderá nada, nunca ganará nada por la experiencia, porque no se produce el esfuerzo necesario para lidiar inteligentemente con la segunda fuerza.

Ahora se ve la necesidad de la segunda fuerza para el desarrollo de la individualidad —esto es, cómo un hombre individualmente y desde si tiene que habérselas con la inevitable segunda fuerza—.

Si lo hace inteligentemente la segunda fuerza le procurará excelentes resultados y en lugar de ser simplemente una fuerza ciega y oponente, llegará a ser gradualmente lo que desea.

Una persona no se vuelve instantáneamente negativa cuando algo se le opone.

Prueba una cosa y otra y esta formidable oposición cede gradualmente y llega a ser lo que desea —o, digamos, más bien llega a ser lo que había de posible en lo que desea—.

Luego la fuerza activa, lo que desea —e introduzcamos aquí la idea de lo que quiere— MODIFICÁNDOSE logra su propósito por medio de una fuerza neutralizante correcta.

Gurdjeff dijo: "La Paciencia es la Madre de la Voluntad".

Esto es, la Voluntad, ATRAVESANDO LA PACIENCIA como tercera fuerza, logra lo que desea.

Pero querer, desear ciegamente, no es hábil, y sólo conduce a una dura e inflexible fuerza de oposición —esto es, a una inversión de la triada, y así conduce a los estados negativos.

En los Evangelios, Cristo se refirió varias veces a la habilidad al ocuparse de la vida y sus situaciones.

Esta noche no nos extenderemos más sobre este tema sino que lo retomaremos otro día —a saber, una hábil fuerza neutralizante.

Maurice Nicoll




QUÉ OCURRE CUANDO ESTA PRESENTE LA FUERZA NEUTRALIZANTE CONVENIENTEMENTE

¿QUÉ OCURRE CUANDO ESTA PRESENTE LA FUERZA NEUTRALIZANTE CONVENIENTEMENTE?

Cuando esta presente la fuerza neutralizante conveniente, la fuerza activa y la pasiva ya no se oponen una a otra inútilmente, sino que entran en una relación de trabajo que crea una, manifestación.


Ouspensky         

QUÉ HACE LA TERCERA FUERZA


¿QUÉ HACE LA TERCERA FUERZA?

La Tercera Fuerza, siendo un punto de apoyo, hace que las cosas sean posibles, pone a las cosas opuestas en armonía, hace uso de los opuestos que de otro modo serían irreconciliables.

Ouspensky


QUÉ HACE LA TERCERA FUERZA EN UNA TRIADA

¿QUÉ HACE LA TERCERA FUERZA EN UNA TRIADA?

La Fuerza Neutralizante o tercera Fuerza en una triada hace que la Fuerza Activa y la Fuerza Pasiva entren en relaciones.

Las conecta en cierto modo como el punto de apoyo hace que los dos lados de la balanza se pongan en relación uno con el otro.

Sin la Fuerza Neutralizante, la Fuerza Activa y la Fuerza Pasiva se anularían una a la otra, porque se oponen mutuamente.


Maurice Nicoll

POR QUÉ SE LLAMA FUERZA NEUTRALIZANTE

¿POR QUÉ SE LLAMA FUERZA NEUTRALIZANTE?

Cuando el Trabajo llama a la Tercera Fuerza, Fuerza Neutralizante significa que su naturaleza es tal que no es activa ni pasiva sino enteramente distinta de ellas.

De modo que es neutra según el significado que da el diccionario —es decir, no es ni una cosa ni la otra— pero, aunque no sea ni una cosa ni la otra, es algo.

Asimismo, cuando el diccionario dice que neutralizar puede significar "contrabalancear, hacer ineficaz por medio de una fuerza opuesta", el significado es correcto en el sentido del Trabajo, porque a veces el primer efecto de la fuerza neutralizante aparece en un aumento tanto de la fuerza activa como de la pasiva, de modo que el equilibrio pueda mantenerse.

Ouspensky


NO SE PUEDE RESOLVER LAS DIFICULTADES POR UNA ACCIÓN PARCIAL Y VIOLENTA

NO SE PUEDE RESOLVER LAS DIFICULTADES POR UNA ACCIÓN PARCIAL Y VIOLENTA

LA TERCERA FUERZA

Cuando usted sienta la extraña fuerza del Trabajo empezará a comprender que no puede resolver las dificultades por una acción parcial y violenta.

Pero para llegar a entenderlo se necesita mucho tiempo y trabajo.

Para llegar a algo que se asemeje a una solución es preciso aprender a andar un corto trecho en una dirección, luego un corto trecho en la dirección opuesta, hasta alcanzar el medio.

Esto es muy difícil.

EL BIEN Y LA VERDAD…

Pero por este método se puede llegar a la Tercera Fuerza donde estan el bien y la verdad —es decir, el verdadero significado, y la solución.

Maurice Nicoll


NO PUEDE HABLAR DE LA TERCERA FUERZA SIN QUE SE DE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA

NO PUEDE HABLAR DE LA TERCERA FUERZA SIN QUE SE DE LA PRIMER Y LA SEGUNDA

P. ¿La tercera fuerza es una necesidad? De modo que muchas decisiones parecen estar planteadas por la necesidad.

R. Y muchas otras decisiones están planteadas por lo que no es necesario.

Las personas pueden obrar siempre sin cosas necesarias, pero obrar sin cosas necesarias es mucho más difícil.

De modo que usted no puede decir eso.

Pero debe comprender que no puede hablar de la tercera fuerza sin que se de la primera y la segunda.

Ouspensky


LA TERCERA FUERZA ES IMPORTANTE

¿LA TERCERA FUERZA ES IMPORTANTE?

Si no fuera por la Tercera Fuerza, las otras dos fuerzas, que son iguales y opuestas, producirían un estado estacionario de cosas al estar enfrentadas como los cuernos de dos ciervos igualmente poderosos.

Ouspensky


HALLAR LA FUERZA NEUTRALIZANTE DEL TRABAJO

HALLAR LA FUERZA NEUTRALIZANTE DEL TRABAJO

Es difícil hallar la Fuerza Neutralizante del Trabajo.

Es inevitable una larga búsqueda para encontrarla.

Toda persona que ha logrado la suficiente convicción de que El Trabajo es algo real y que conduce a una meta, tiene que emprender esa búsqueda sola, por si misma.

No se lo puede comunicar de una manera directa, como tampoco se puede comunicar el sabor de una manzana a alguien que nunca la probó.

El largo período de búsqueda para encontrar la Fuerza Neutralizante del Trabajo se inicia cuando uno se da cuenta que no se esta trabajando de una manera correcta.

Esta comprensión es UN SENTIMIENTO pasajero, un sabor momentáneo.

No es un pensamiento.

Quiero decir que una persona cualquiera puede pensar que no esta trabajando de una manera correcta, en especial la gente que se ha hecho al hábito y al goce de preocuparse por todos y todas las cosas.

Pero estoy hablando de una emoción, de un sabor interior, de un rápido discernimiento emocional, y no de un pensamiento.

No lo sabe, pero siente que no hace el Trabajo correctamente.

Observe que no estoy diciendo que usted siente cómo debe hacer el Trabajo correctamente, sino que siente que no lo esta haciendo correctamente —por el momento—.

No se le dice lo que es correcto sino solo que algo esta mal.

Esta es la manera del Trabajo una vez que ha empezado a actuar sobre usted.

No le indica lo que debe hacer, pero suele darle un rápido sentimiento de disgusto por lo que está haciendo.

Lo detiene —por el momento—.

Se le deja a usted hallar lo que debería hacer.

Decirle lo que debe hacer se asemejaría a una compulsión y seria inútil, porque la compulsión no conduce al desarrollo interior.

Hacer una cosa debido a la compulsión es muy diferente de hacerla debido a la comprensión.

Es solo mediante la comprensión, que significa ver por sí por qué una cosa es necesaria, que puede tener lugar el desarrollo interior.

Y eventualmente, permítanme que lo diga aquí, se tiene que ver por si mismo por qué el Trabajo es necesario para uno.

Esto nos acerca a una actitud correcta hacia el Trabajo.

Puesto que el Trabajo nos enseña que, mientras la vida siga siendo la única Fuerza Neutralizante que actúa sobre nosotros, la personalidad permanecerá activa y la esencia pasiva, es necesario buscar otra Fuerza Neutralizante.

Una Esencia pasiva no puede crecer.

Esto significa que no habrá crecimiento de la Esencia a medida que nuestra vida prosiga, fuera del crecimiento parcial que tuvo lugar en los primeros años de la infancia.

En este caso se vive y se muere inacabado — un experimento en el auto-desarrollo que no pudo completarse—.

Desde luego, si la Vida nos completase, la enseñanza esotérica no existiría.

Al estar la Esencia cada vez más rodeada por las capas pesadas de la personalidad puede por último separarse completamente de ella.

Entonces una persona esta muerta.

La Personalidad la gobierna y perderá el poder de pensar por si misma, entre muchas otras cosas.

Solo otra y diferente Fuerza Neutralizante proveniente del esoterismo puede modificar esta situación y eventualmente invertirla—.

Esa otra y diferente Fuerza Neutralizante en nuestro caso es El Trabajo.

Su origen está fuera de la Vida.

Esto no significa que en cuanto una persona se ponga en contacto con el Trabajo, tenga lugar ese cambio o esa inversión, como algunos imaginan.

Muy lejos de ello.

Por muchos años seguirá usando la Fuerza Neutralizante de la Vida y pensará según la Vida acerca del Trabajo.

No pensará acerca de la Vida según el Trabajo.

Esta es una de las dificultades.

No puede evitar trabajar según la Personalidad por mucho tiempo y así sus esfuerzos provendrán de la parte mala en si misma y de motivos equivocados.

Sin la fuerza del nuevo pensar según las ideas del Trabajo, intentará hacer pasiva a la Personalidad por medio de la Personalidad.

Pero al cabo de un tiempo empezará a ver que esto es así —hasta cierto punto— debido a los breves sentimientos de que las cosas no andan bien.

Como dije, es difícil y exige una prolongada búsqueda hallar la Fuerza Neutralizante del Trabajo —la fuerza que eventualmente hace que la Personalidad sea pasiva—.

MEDITANDO sobre cómo la Personalidad, con sus prejuicios adquiridos, sus imitadas actitudes, sus topes y sus reacciones mecánicas, rodea la esencia como una alta muralla circular, vemos que es la causa principal de NUESTRA PRISIÓN.

Se protege a si misma.

Consideren como se venga con el resentimiento.

Es activa — esto es, ustedes están a su cargo—.

La parte de nosotros que puede crecer después que se ha formado la Personalidad está ahora encerrada en una casita dentro de esa muralla —a la que tomamos como nosotros mismos—.

¿No es extraño que hemos de construir esa muralla, ladrillo tras ladrillo, en la primera parte de nuestra vida, y hacerla tan fuerte como sea posible y luego, en la segunda parte, derribarla, construir y ampliar la casita con algunos de los ladrillos?

Reforzada por la Falsa Personalidad con sus inagotables poderes de engaño, la Personalidad, que es esa muralla, puede emprender muy fácilmente el Trabajo de tal manera que hace creer a una persona que está trabajando según la nueva Fuerza Neutralizante del Trabajo.

Mientras que en todo ese tiempo está trabajando según la antigua Fuerza Neutralizante de la Vida.

Tal vez desee ser excelente o se piense que está dotada de misteriosos poderes y cosas semejantes.

Pero sea cual fuere el motivo, si la gente sigue trabajando según la Personalidad y así según motivos pertenecientes a la Fuerza Neutralizante de la Vida, el Trabajo no puede arraigarse apropiadamente.

Si nunca experimentan los transitorios y peculiares sentimientos de que no están trabajando correctamente, se quedan detenidos.

Tal vez no se den cuenta de ello.

Necesitan un choque.

Una de las razones es que no ven verdad alguna en el Trabajo por si mismos.

Hablan del Trabajo de memoria pero no según la percepción de su verdad.

Ver la verdad actúa como un choque —el cual no se dan a si mismos—.

Esto se debe a que el orden de Verdad enseñado por el Trabajo solo puede ser comprendido por las divisiones más interiores de los centros y no por las divisiones exteriores donde mora la mente sensual.

El Trabajo no es una verdad sensual.

El suelo de la mente sensual no es conveniente para que puedan crecer en el las semillas del Trabajo.

Puede recordar la enseñanza del Trabajo pero no comprenderla.

Ahora bien, si una persona nunca ve por si misma y entiende la verdad de una sola de las ideas enseñadas por el Trabajo, no tiene punto alguno en el Trabajo, tal como suele decirse.

Dentro de ella todo se desplaza como la arena en el desierto.

Nada hay de lo cual aferrarse.

No tener punto alguno en el Trabajo, aun después de años de contacto, y no hacer intento determinado alguno para hallarlo, sino seguir escuchando las propias objeciones y escepticismo es un orden de cosas del cual no se puede esperar QUE ATRAIGA LA FUERZA NEUTRALIZANTE DEL TRABAJO.

Esta actitud esta muy equivocada.

Así la Personalidad seguirá siendo dominante y dicha persona, como experimento, será un fracaso.

Nuevamente —fingir tener un punto en el Trabajo no hará cosa alguna para aflojar el poder de la Personalidad—.

Las verdades de este Trabajo pueden liberarnos de la Personalidad, pero no si fingimos verlas y valorarlas y en secreto no lo hacemos.

Esta actitud es muy mala.

Nuevamente —tratar de hacer el Trabajo, o de enseñarlo, según los "yo" adiestrados por nuestra vida-trabajo diaria o nuestra profesión, por cierto NO SERÁ ENSEÑARLO O HACERLO DESDE EL LUGAR CORRECTO.

Esta actitud es culpable.

Es verter el Trabajo en viejas botellas.

Se hablará según los "yo" equivocados.

Nuevamente —el hombre ambicioso en la vida no puede desplazar sus ambiciosos "Yo"-vida al Trabajo—.

No puede, por así decir, DECLARAR: "Vamos, muchachos, lograremos aclarar esta tarea del cambio de sí en un instante".

Un hombre exitoso tal vez sienta que como son capaces de "hacer" en la vida, pueden igualmente "hacer" en el Trabajo.

Pero ese sentir no puede ser transferido directamente al Trabajo, salvo de una mala manera.

Es un sentir típico de la Falsa Personalidad, que siempre CREE QUE PUEDE HACER.

Pero no se puede poner el amor de si y la autoestima primero en el Trabajo.

El Trabajo no tiene nada que ver con esto.

El Trabajo es difícil de cortejar y ve instantáneamente todo lo falso en nuestra declaración de amor.

Porque para que El Trabajo responda y efectúe el milagro gradual de hacer pasiva a la Personalidad y provocar el desarrollo de la Esencia, es preciso cortejarlo y amar genuinamente su enseñanza.

Eventualmente se hallará la Fuerza Neutralizante del Trabajo.

Empezará a comprender por qué se dijo una vez que a menos de ser como los niños, no se puede entrar en el Círculo de la Humanidad Consciente —en el cual aún la persona con una Personalidad altamente desarrollada pero con una Esencia subdesarrollada no puede entrar—.

Se empezará a conocer la razón por la cual no puede entrar.

Maurice Nicoll